martes, 21 de abril de 2015

Fucking Fracking



Es digno de análisis el hecho de que unas comarcas prácticamente despobladas, olvidadas cuando no maltratadas por diversas administraciones públicas, se encuentren en el ojo del huracán de la impropiamente denominada “revolución energética”.

Primero, con la proliferación de parques eólicos. Ahora con el “fracking” o, en cristiano, fracturación hidraúlica.



La energía hay que sacarla de algún sitio, de acuerdo. Las arcas municipales necesitan fondos y por estos lares no se han podido abastecer de la burbuja inmobiliaria, vaaale. Pero no a cualquier precio.

El peaje, fundamentalmente paisajístico, pagado por los parques eólicos, puede asumirse, pero el que habría que pagar por la fracturación hidraúlica resultaría inadmisible a largo plazo. Aparte del sinsentido que supone el seguir apostando fuerte por energías fósiles a estas alturas de la película.

Las perforaciones atraviesan los acuíferos, fracturan la roca, extraen el gas y, después de unos años, se van. Ahí abajo quedan agentes contaminantes, grietas y galerías "selladas". Y arriba, dudas, muchas dudas
 
¿En qué consiste el “fracking”? Básicamente, en extraer el denominado shale gas o gas pizarra, que no es más que gas natural almacenado en rocas de grano fino y casi impermeables (pizarras, esquistos, lutitas, etc). Estas acumulaciones de gas se extienden, generalmente, a lo largo de grandes superficies, no localizadas en bolsas más o menos grandes, como en el caso de los yacimientos “normales” de gas.


La técnica de extracción consiste en crear y expandir las fracturas naturales de la roca almacenadora de gas, mediante la introducción de agua, arena y aditivos químicos a alta presión (de ahí la denominación de fracturación hidraúlica). Primero se realiza una perforación vertical hasta alcanzar la profundidad deseada (normalmente más de 2500 m), a partir de la cual la perforación avanza en sentido horizontal (entre 1000 y 3000 m de longitud) a través de la roca en la que se encuentra el gas.

El inicio de esta técnica de extracción se produce en Estados Unidos, a finales de los años 90 del siglo pasado, en un contexto de incrementos considerables y sostenidos del precio del petróleo, lo que convierte en rentables técnicas y yacimientos antes considerados antieconómicos.

¿Futuro aspecto del Páramo de Masa?

Hoy en día, esta técnica se encuentra en clara expansión, y países como Canadá, Gran Bretaña y Polonia ya hace tiempo que la aplican.

Los principales efectos medioambientales negativos que puede ocasionar esta técnica de extracción de gas son, resumiendo un poco, los siguientes:

  • Elevadísimo y persistente consumo de agua: la propia técnica de extracción requiere del consumo de grandes cantidades de agua, a cubrir con los recursos disponibles en el propio lugar de extracción, lo que llevará, sin remedio, a la sobreexplotación de los acuíferos, limitando –cuando no poniendo en riesgo- su uso habitual para abastecimiento de la población. Y mejor ni pensar en el riesgo de modificación del régimen de circulación de las aguas subterráneas.
  • Posible contaminación de los acuíferos y cursos de agua: los compuestos químicos utilizados como “aditivos”, junto con arena y agua, sirven para mantener abiertas las fracturas de la roca y favorecer el ascenso del gas a la superficie; una vez introducidos en la perforación, no se recuperan en su totalidad, existiendo el riesgo de que acaben alcanzando los acuíferos atravesados por la perforación.
  • Efectos secundarios puntuales: en Inglaterra y Arkansas se han documentado casos de sismos (temblores de tierra) en zonas en las que el fracking se encuentra muy extendido; también se han documentado episodios de contaminación por gas metano de las conducciones de agua potable.


En España, ya se han concedido algunos permisos para prospectar, que no para extraer ni producir, pero todo llegará. En nuestra zona, la Junta de Castilla y León ha concedido ya dos permisos, uno de los cuales (“Sedano”) nos afecta de lleno: una superficie total de 350 km2, que incluye los términos municipales –entre otros- de Merindad de Río Ubierna, Montorio, Urbel del Castillo y Villadiego.


Las reservas de gas que se buscan en nuestra zona se encuentran en las pizarras negras del Jurásico Inferior (180 millones de años). Está previsto que la “exploración” se desarrolle durante 4 años, sin ningún estudio de evaluación de impacto ambiental (ya que solo se trata de un “estudio prospector”), por lo que las operaciones de perforación de los 9 pozos autorizados se podrán ejecutar sin conocer previamente si se podrían ver afectados o no los acuíferos atravesados.

El coste total de estas perforaciones ronda los 60 millones de euros. La empresa adjudicataria del permiso ha sido “TROFAGAS HIDROCARBUROS, S.L.”, filial de la multinacional BNK Petroleum.





Creo que está más que justificado el creciente rechazo social que se ha venido constatando en la comarca afectada por estos planes de prospección. No solamente por parte de asociaciones ecologistas o movimientos ciudadanos, sino también de la mayor parte de los municipios afectados e, incluso, de la propia Diputación Provincial.


Puede parecer un brindis al sol el hecho de que algunas corporaciones municipales o instituciones provinciales (en fechas cercanas a procesos electorales) se declaren “libres de fracking”. La competencia no es suya, sino de la Comunidad Autónoma de turno o incluso del Estado, cuando las zonas a prospectar abarcan varias CC.AA. El problema se presentará cuando los alcaldes de los municipios afectados tengan que conceder licencias con el rechazo abierto de parte de la vecindad …


Seguro que a alguna corporación municipal o a algún particular podría parecerle apetitosa la oferta que, sin duda, algún día acabarán por realizar las empresas -ya extractoras- bajo amenaza de expropiación a más bajo precio. El dinero lo puede todo. Seguro que hay algunas personas –esperemos que no muchas- a las que les da lo mismo que sus tierras produzcan trigo, cebada, colza o gas mostaza. Con tal de que les paguen, pronto y bien… Y las generaciones futuras, que arreen.




NOTAS:

Para la confección de la parte descriptiva del texto de esta entrada me ha sido de gran utilidad la consulta de la espléndida tesis doctoral “Loras y Paramera de La Lora en Burgos. El incierto horizonte del desarrollo rural en un espacio de montaña media en recesión demográfica”, de Marta Martínez Arnáiz (Departamento de Geografía, Universidad de Valladolid, 2013)

Las fotografías de los logos y pintadas “Anti Fracking” han sido realizadas en diversos lugares de la comarca afectada por el permiso "Sedano" (Huérmeces, Montorio, Poza de la Sal) y un poco más allá (Rabé de las Calzadas).


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